Actualización 3 de abril de 2018
Si ustedes siguen este blog y mi cuenta de Twitter han notado mi interés desde hace muchos años por el mundo de la música. Pues bien, creo que estamos en un momento muy interesante que vale la pena analizar. Escribí este post en 2014, y mucho ha pasado desde entonces. Sin embargo, me mantengo en que el negocio de la música del futuro está en la siguiente ecuación: radio + servicios de identificación de música (tipo Shazam) + streaming (tanto para acceder a la música que uno ya conoce como para descubrir nueva música) + YouTube + social media + venta de tiquetes + managers de conciertos + festivales + merchandising + el ingrediente principal: BIG DATA (como lo dije en esa época).


Dije en 2014: "el verdadero poder de Big Data está apenas naciendo: el darle A LOS MÚSICOS las herramientas analíticas para que sepan DONDE ENFOCAR SUS ESFUERZOS. El verdadero poder del Big Data en la música es que la tecnología finalmente puede ofrecerle a los creadores musicales un beneficio real al conocer a su audiencia, planificar mejor sus giras y lucrarse de su música gracias a sus conciertos. Me gustaría que empresas como Spotify uniera la oferta y la demanda. Que le diera la información detallada a los músicos de donde los oyen, cuando los oyen, que les gusta a sus fans; que agregaran una sección a sus usuarios, basados en toda la información que tienen de lo que oigo, sobre cuando están mis grupos que me gustan en la región donde estoy, poder comprar los tiquetes de una vez, etc."
Ahora, Spotify tiene varias herramientas de analítica, entre ellas Spotify for Artists (lanzada en 2017) y Apple Music lanzó este año Apple Music for Artists.
Aún falta mucho por explotar en relación con la data que tienen y por mejorar con su relación con las disqueras. Pero sigo teniendo fe en el negocio (y obvio, en el mundo de la música en general). Yo invertiría en Spotify...
Post original 2014:
La industria siempre ha vivido con cambios tecnológicos: pasando por el vinilo, LP, cassete, CD (1982), hasta llegar al formato MP3 que con la expansión de los computadores e internet cambiaría para siembre el negocio. En 1999 Sean Parker y Shawn Fanning crearon Napster, después vinieron varias plataformas adicionales de distribución digital (Kazaa, LimeWire, The Pirate Bay, etc).
Si ustedes siguen este blog y mi cuenta de Twitter han notado mi interés desde hace muchos años por el mundo de la música. Pues bien, creo que estamos en un momento muy interesante que vale la pena analizar. Escribí este post en 2014, y mucho ha pasado desde entonces. Sin embargo, me mantengo en que el negocio de la música del futuro está en la siguiente ecuación: radio + servicios de identificación de música (tipo Shazam) + streaming (tanto para acceder a la música que uno ya conoce como para descubrir nueva música) + YouTube + social media + venta de tiquetes + managers de conciertos + festivales + merchandising + el ingrediente principal: BIG DATA (como lo dije en esa época).
Cada vez más el impacto de la música en
vivo es mayor, y la venta como tal decrece:

Y el negocio de todo el
ecosistema muestra un posible crecimiento en los próximos años:

Según el reporte de la industria de
IFPI 2017, a nivel
global el 50% de los ingresos fueron generados por digital, y los servicios de
streaming crecieron un 60.4% sus ingresos.
Mucho ha cambiado desde que
escribí ese post en 2014: ese mismo año Apple compró Beats; no había Apple
Music, que ahora tiene unos 38 millones de suscriptores (todos pagos) mientras que Spotify tiene
actualmente 71 millones pagos y 159 millones usuarios activos. En 2016, Amazon sacó su propia plataforma. En 2017, Apple compró Shazam y bueno, hoy es el gran momento del IPO de Spotify.
Dije en 2014: "el verdadero poder de Big Data está apenas naciendo: el darle A LOS MÚSICOS las herramientas analíticas para que sepan DONDE ENFOCAR SUS ESFUERZOS. El verdadero poder del Big Data en la música es que la tecnología finalmente puede ofrecerle a los creadores musicales un beneficio real al conocer a su audiencia, planificar mejor sus giras y lucrarse de su música gracias a sus conciertos. Me gustaría que empresas como Spotify uniera la oferta y la demanda. Que le diera la información detallada a los músicos de donde los oyen, cuando los oyen, que les gusta a sus fans; que agregaran una sección a sus usuarios, basados en toda la información que tienen de lo que oigo, sobre cuando están mis grupos que me gustan en la región donde estoy, poder comprar los tiquetes de una vez, etc."
Ahora, Spotify tiene varias herramientas de analítica, entre ellas Spotify for Artists (lanzada en 2017) y Apple Music lanzó este año Apple Music for Artists.
Aún falta mucho por explotar en relación con la data que tienen y por mejorar con su relación con las disqueras. Pero sigo teniendo fe en el negocio (y obvio, en el mundo de la música en general). Yo invertiría en Spotify...
Post original 2014:
La industria siempre ha vivido con cambios tecnológicos: pasando por el vinilo, LP, cassete, CD (1982), hasta llegar al formato MP3 que con la expansión de los computadores e internet cambiaría para siembre el negocio. En 1999 Sean Parker y Shawn Fanning crearon Napster, después vinieron varias plataformas adicionales de distribución digital (Kazaa, LimeWire, The Pirate Bay, etc).
El 23 de octubre de 2001, Steve Jobs crearía un producto increíble bajo el concepto de “1000 canciones en tu bolsillo”: el Ipod. En abril de 2003 Itunes crearía una forma de comprar música por 0.99 centavos de dólar la canción, lo que marcaría el inicio del declive de las ventas de los albums.
El streaming
también ha existido hace varios años: Last.fm en 2002, MySpace (en su momento
cumbre), Pandora en 2004 (ahora con 76.5 millones de usuarios), YouTube,
Soundcloud, Deezer (16 millones de usuarios activos y 5 millones pagando la
suscripción), Grooveshark, Soundcloud, Google Play Music y Spotify (40
millones de usuarios activos y 10 millones de suscriptores) entre
otros.
Ahora el tema no es el comprar la canción, sino el tener acceso a ella
en todo momento y todo lugar. El Streaming es ahora la elección del consumidor.
Y el cambio de paradigma es muy fuerte: pasamos de empresas dedicadas a la
música (disqueras) a empresas de Silicon Valley que quieren lucrarse de ese
contenido.
Un cambio que se refleja en las cifras de la industria
musical:
o
El 2013 fue el primer año que las
ventas digitales habían disminuido. De ahí que Apple viera esta tendencia como
un riesgo para Itunes (de hecho según el Wall Steet Journal bajaron sus ventas un 13% desde el inicio del 2014) y decidiera este año comprar Beats por 3 billones de
dólares (y pretende llegar a acuerdos con disqueras para ofrecer el servicio a
5 dólares al mes).
o
Según SoundScan,
en USA las ventas de canciones digitales ha disminuido un 12.9% en lo corrido
del año (llegando a 848.5 millones vendidas). La venta de álbumes digitales han
disminuido 11.5% (llegando a 77.6 millones) y la de CD’s bajó 18.9% (llegando a 91.7 millones). Los vinilos
sorpresivamente subió 47.5%.
o
El negocio de la música no es solo la
venta de discos. En Inglaterra la industria de la música se estima para el 2013
en 6.2
billones de dólares en un sentido mucho más amplio que
incluye la venda de música, música en vivo entre otros.
o
PSY ha ganado 2
millones de dólares gracias a sus videos de YouTube,
especialmente Gangman Style.
Sin duda el
negocio (para el artista) ya no es la creación del álbum (aunque tampoco lo era
para el artista sino para la disquera). Pero tampoco lo son los servicios de
streaming, que hay que pensarlos como una plataforma de acceso únicamente, no
como negocio. Con pagos por canción irrisorios (entre 0.006 centavos de dólar y
0.0084), es muy difícil hacerse rico por streaming, a menos que uno sea Calvin
Harris y logre el billón
de canciones reproducidas por Spotify, lo que
representa ingresos estimados de 7 millones de dólares (aunque no se sabe cuánto
va al artista y cuanto a su disquera).
Por eso las
críticas fuertes de personas como Jimmy
Buffet, Thom
Yorke, y recientemente Radiohead en pleno al criticar las cláusulas
de confidencialidad en los contratos
de Spotify con las disqueras. Pero también tiene sus defensores,
especialmente uno que me gustó mucho fue
el cantante Ed
Sheeran por una frase que dijo: “estoy en la industria de la
música para tocar en vivo”. Una frase muy cierta, pero creo que los servicios
de streaming podrían hacer mucho más por ayudar a los artistas a eso, a tocar
en vivo donde los oyen (y ellos saben dónde los oyen).
El modelo de
streaming también ha recibido críticas sobre su viabilidad como negocio. Sin
embargo en algunos países ya se está empezando a ver cómo se puede ganar
dinero. Un ejemplo es Spotify
en Inglaterra, donde en el 2013 tuvo ingresos por 201 millones
de dólares y por primera vez ganancias por 4.2 millones de dólares. Lo mismo pasa en Suecia o en Noruega. Y es que
las proyecciones se ven muy interesantes: según un
estudio de Midia Research para el año 2019 el streaming
crecerá un 238% hasta los 8 mil millones de dólares.
Un estudio de Credite Suisse augura un resurgimiento
del negocio de la música gracias al streaming, y otros
analizan el
gasto promedio del consumidor en música.
Siempre he
creído que el consumidor si está dispuesto a pagar por un servicio digital de
calidad. El principal problema de la piratería es era la falta de
disponibilidad de música legal a precios razonables y de buena calidad. La
lucha se mantiene, con Google bloqueando millones
de links, y los grandes productores de contenido diciendo que
les están acabando el negocio. El negocio de la música no es el negocio de las
disqueras. La industria musical hay que verla en el sentido amplio de la
palabra.
Desde hace
unos años vemos cómo los artistas innovado de
varias maneras ; Radiohead ha innovado varias veces, primero
con el lanzamiento de In Rainbows en 2007, donde se
pagaba lo que uno quisiera por el, y ahora Tom York lanzo su
álbum Tomorrow’s
Modern Boxes a través
del sistema de pagos de BitTorrent a 6 dólares, donde mas
de 1 millón de descargas muestran un buen resultado.
U2 por su
parte recientemente lanzó su disco “Songs of Innocence” gratis a 500 millones
de usuarios de Itunes (pero
no gratis para Apple que pudo haber pagado 100 millones
de dólares). El resultado: muchas críticas por descargarlo a los usuarios sin
su consentimiento (por lo que Bono
se disculpó), pero por otro lado 81 millones de personas
oyeron alguna canción del disco y 26 millones de personas descargaron el disco
completo. Nada mal considerando que en Itunes 14 millones de personas habían
descargado música de U2 desde el lanzamiento de la tienda en 2003.
Nada mal también considerando que en lo que llevamos de la década del 2000 Adele marcó un record con 18.1 millones de álbumes vendidos en el 2011. En la mejor época Michael Jackson vendió entre 51-65 millones de Thriller.
No creo que
volvamos a ver ventas
de discos como los que se beneficiaron los Beatles,
Elvis Presley, Michael Jackson, Madonna, Elton John, Led Zepellin o Pink Floyd.
Olvídense de tratar de “recuperar lo perdido por el negocio de la venta de
discos”. El CD era un producto caro, amañado a una o dos canciones éxito. Pero
el artista obviamente debe ganar, y ganar muy bien por su trabajo. Los artistas
de esta época tienen una posibilidad espectacular para monetizar de otras
maneras, especialmente conciertos. Sin
duda el negocio
de la música en vivo es cada vez más lucrativo, teniendo
como principal beneficiario de su gira en el 2013 a Bon Jovi con 259.5
millones de dólares en ingresos (lo vieron 2.657.502
personas), generando el top 20 470.7 millones de dólares más que el 2012 al
llegar a 2.43 billones de dólares.
Nunca antes se había tenido tantos datos del consumidor
musical como ahora: plataformas como Shazam, plataformas de streaming y
empresas de social media saben qué nos gusta y cuáles son nuestros hábitos.
Esto permite analizar los comportamientos de los usuarios en las plataformas,
analizar las preferencias musicales, ayudar en descubrir nueva música e incluso
predecir próximos éxitos musicales. Esto se ha
reflejado en recientes alianzas entre las plataformas de streaming y empresas
especializadas en datos:
·
Beats Music compro Topspin,
una plataforma para conectar los artistas con sus fans.
· Spotify compró the Echo
Nest, una plataforma que sirve para recomendar y crear listas de
música. Empresas com o Echo Nest están analizando incluso los tiempos, pitch y
otros aspectos de las canciones para analizar que es un éxito y que no.
· The Next Big Sound es una empresa de
Nueva York que analiza los datos de Pandora, Facebook Likes, descargas
digitales, y social media para vender esa información analizada a promotores de
conciertos, disqueras, managers que quieran encontrar el próximo éxito musical.
Esta empresa ha descubierto que los músicos que ganan entre
20 mil y 50 mil likes en un mes tienen 4 veces más probabilidad de llegar al
millón. También asegura dicha empresa que
puede predecir la venta de álbumes con un 20% de certeza al 45% de los
artistas.
BigChampagne es la competencia
de Bext Big Sound y tiene un sistema de medición basado en datos llamado Ultimatechart.
· Pandora lanzó su
plataforma de marketing para artistas AMP, con lo que busca darle a los artistas
que están en su plataforma la posibilidad de tener información detallada de
donde están sus fans, que canciones están siendo exitosas, etc.
· Shazam (que genera
17 millones de clicks al dia, 500 millones al mes) llegó a un acuerdo
con Warner Music Group para entregarle
estadísticas que le ayuden a encontrar nuevos artistas
Así, el
verdadero poder de Big Data está apenas naciendo: el darle A LOS MÚSICOS las
herramientas analíticas para que sepan DONDE ENFOCAR SUS ESFUERZOS.
El verdadero poder del Big Data en la música es que la tecnología finalmente puede ofrecerle a los creadores musicales un beneficio real al conocer a su audiencia, planificar mejor sus giras y lucrarse de su música gracias a sus conciertos.
Según el estudio de Midia Research arriba reseñado, a finales de 2014 habría 37 millones de suscriptores de pago y 210 millones de usuarios que consumirán streaming gratuito financiado por publicidad. Es posible monetizar esos consumidores “gratuitos” aún más? Creo firmemente que si! Y la respuesta es Big Data: imagínense el poder de los datos de más de 250 millones de personas en manos de los músicos, especialmente los artistas que recién empiezan.
Esto no solo beneficiaría a los artistas, sino permitiría a dichas empresas tener un ingreso adicional por la venta de boletería y merchandising en sus plataformas. Los festivales también se beneficiarían enormemente de esa información.
Me gustaría que empresas como Spotify uniera la oferta y la demanda. Que le diera la información detallada a los músicos de donde los oyen, cuando los oyen, que les gusta a sus fans; que agregaran una sección a sus usuarios, basados en toda la información que tienen de lo que oigo, sobre cuando están mis grupos que me gustan en la región donde estoy, poder comprar los tiquetes de una vez, etc.
El negocio de la música del futuro está en la siguiente ecuación: radio + servicios de identificación de música (tipo Shazam) + streaming (tanto para acceder a la música que uno ya conoce como para descubrir nueva música) + YouTube + social media + venta de tiquetes + managers de conciertos + festivales + merchandising + el ingrediente principal: BIG DATA
Totalmente de acuerdo con el post y el análisis acerca del futuro de la industria musical. Definitivamente, si antes el artista tocaba en vivo para vender su música, ahora provee casi gratis su música para tocar en vivo y obtener ingresos por ese medio.
ReplyDeleteGracias por el articulo, buena suma de lo que esta pasando ahora.
ReplyDeleteNo estoy 100% de acuerdo con la tesis muerte del album + ingresos por streaming + conciertos. Como habia mucho que decir escribi unos comentarios para completar aqui : http://flujomusical.tumblr.com/post/101112993693/sobre-el-futuro-de-la-industria-musical-por-alejodm